19 junio, 2011

Ediciones B nos presenta a Sarah Lark, la gran revelación de la literatura alemana

Sara Lark vive desde hace 11 años en Mojacár (Almería), rodeada de perros, gatos y caballos. Su verdadero nombre es Christiane Gohl, nació en Bochum (Alemania) en 1958 y trabajó durante muchos años como guía turística. Pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda, cuyos paisajes asombrosos han ejercido desde siempre una atracción casi mágica sobre ella.
Con En el país de la nube blanca, primera entrega de su exitosísima Serie de los Maoríes, ha sorprendido a crítica y lectores. No en vano lleva casi dos millones de ejemplares vendidos. Y parece estar abriéndose hueco en España gracias al boca oreja. En solo un mes suma dos reediciones, de 3.000 y 5.000 ejemplares a la tirada inicial de 13.000.
Esta novela cautivadora habla sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad. Protagonizada por dos fuertes personajes femeninos y ambientada en la Nueva Zelanda colonial del siglo XIX, inevitablemente recuerda a la película El piano (en la que Holly Hunter interpretaba a una mujer escocesa enviada junto con su hija a Nueva Zelanda tras un matrimonio por poderes).

La acción arranca en el Londres de 1852, cuando dos chicas emprenden una travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra comparada con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

"Era habitual en la época que los hombres de las colonias pusieran anuncios en Inglaterra para encontrar esposas --explica Lark--. También abordo en el libro el tema de los tristes casos de niñas huérfanas y pobres que la Iglesia Anglicana sacaba de los orfanatos y enviaba a trabajar a Nueva Zelanda, en casas de familias ricas".

Según cuenta la propia autora, el título del libro proviene de una leyenda muy romántica sobre los primeros maorís que llegaron a Nueva Zelanda. El se había enamorado de la esposa de un amigo. Lo mató y escapó con ella de su isla sin saber dónde irían a parar. La primera imagen que vieron de Nueva Zelanda, donde hay mucha niebla, fue la de una isla envuelta en una nube blanca.

Dirigidas fundamentalmente a un público femenino, sus novelas han sido elogiadas por la prensa alemana como un entretenimiento de calidad para lectoras exigentes. Su ambientación exótica, su cuidada documentación histórica y sus personajes complejos y bien definidos marcan la diferencia. La propia autora confiesa que "Escribo para el público femenino porque las mujeres son las que leen más. Si escribes solo para hombres no vas a vender mucho. Aunque los hay que han empezado la novela y se han enganchado con la parte histórica"

Durante el proceso de documentación histórica, la escritora mantuvo contacto con maoríes autóctonos de Nueva Zelanda, como Pawhiri y Sigrid. "Respondieron a mis interminables y cuantiosas preguntas sobre la cultura maorí porque para mí es muy importante recibir la información directamente de la fuente, dieron una visión global de los problemas coyunturales del país", explica. Aún así, la alemana se muestra cautelosa y humilde por los posibles errores en algunas descripciones. "Estos solo corren de mi cuenta".

Das Lied der Maori y Der Ruf des Kiwis son las esperadas continuaciones de esta primera novela y Lark trabaja actualmente en el cuarto libro de la saga.


Ha tenido que utilizar seudónimo para esta serie porque la editorial alemana quiso darle una imagen diferenciada ya que en su país ha publicado con su nombre real numerosos libros sobre caballos --una serie de novelas para niños y jóvenes y reconocidos tratados prácticos para adultos sobre doma o equitación--. Sarah Lark no es su único seudónimo: firma como Ricarda Jordan otra serie histórica (La doctora de Maguncia , en Maeva).


Esta licenciada en Magisterio y doctorada en Psicología, a la que sus padres le dijeron que Veterinaria no era una carrera para mujeres, ha habilitado su finca de Mojácar, antes un picadero, "en un refugio para caballos que necesitan hogar. Cuando son viejos y ya no pueden trabajar o si necesitan cuidados ha gente que los quiere sacrificar". Con algunos organiza paseos o terapias para niños con problemas y tiene las cuentas bien hechas. "Cuanto más dinero gane con los libros más caballos puedo mantener", subraya.

Los comentarios de Sara Lark, los hemos extraído de dos entrevistas realizas a dos periódicos, aquí os van los enlaces para que descubráis más si cabe a esta estupenda autora y gran mujer:

Artículo » El Mundo
Artículo » El Periódico de Extremadura
Más información y reseñas » El país de la nube blanca en Facebook

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